21/02/2017
La simplicidad: ¡ahí tienes!

Este testimonio, que incrementará su fe, lo envió un hermano que desenmascaró al diablo como el mentiroso que es. Qué buena combinación de puñetazos 1-2-3 para ese vil diablo. ¡Ahí tienes!

Hace tres meses perdí mis llaves, incluyendo en el llavero llaves de candados irremplazables. Leí el testimonio del anillo perdido, que me pareció maravilloso. Bueno, durante tres meses estuve preocupado por las llaves; pensaba que las había extraviado fuera de la ciudad, cuando recorrí 110 kilómetros para trabajar en el auto de mi hija. En varias ocasiones busqué, literalmente, en todos los armarios, los bolsillos de cada abrigo y suéter, la casa rodante, el vehículo UTV, los autos, el taller, la casa, cada centímetro del jardín… En estos últimos meses, revisé incontables veces cada rincón que se puedan imaginar en mi propiedad y la de mi hija.

Entonces, hoy, leí el último testimonio (“Si tan solo supiéramos”) y nuevamente el testimonio “Perseverante”. En ese momento, Satanás me cuestionó: “Mira, si fueras un verdadero creyente como ellos, ya habrías hallado las llaves. Solo eres un creyente manufacturado o ya habrías logrado esos mismos resultados”. Me levanté del computador de un salto y declaré: “Satanás, eres un mentiroso y te reprendo en el Nombre del SEÑOR JESÚS. SEÑOR, no conozco el paradero de esas llaves, pero Tú sí. Yo Te creo y, por favor, muéstrame en dónde están. SEÑOR, soy un creyente y reprendo a Satanás”.

Salí al porche, donde mantenemos un taburete con una tapa en el cual guardamos bufandas, guantes y gorros. Cuando iba a destaparlo, recordé que ya había verificado cada centímetro de ese taburete una y otra vez, pero lo abrí y allí aparecieron las llaves. Quedé atónito y, mientras las observaba en mis manos, adoré al SEÑOR y me reí de Satanás.

Todo esto ocurrió en menos de 90 segundos, desde que leí los testimonios hasta que esas llaves se encontraban en mi mano, tras de pasar tres meses y varias horas buscando. GLORIA A DIOS, Él es tan bondadoso con sus hijos.

SOMOS CREYENTES. ¡AMÉN!

El Hermano Dwayne

Canadá