25/02/2020
Solo creed

Recibimos este testimonio de parte de una hermana de México.

A la Novia de Cristo alrededor del mundo, saludos en el precioso Nombre del nuestro Señor Jesucristo.

Hoy deseo compartir este testimonio a fin de animar a mis hermanos y hermanas a tener la certeza de que Dios es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. La unción del Espíritu Santo está es las cintas de nuestro amado profeta William Marrion Branham.

Solo creed, todo es posible.

Me llamo Gladys V. Torres de Pérez. Vivo en Uruapan, Michoacán, México. Hace unos cinco meses empecé a contraer dolor de espalda y disnea, junto con sibilancia y cansancio excesivo. A finales de diciembre, empecé a presentar síntomas de un resfriado común. En tres ocasiones, los síntomas se aliviaron, pero regresaron poco después. Fuimos al médico y me dio un tratamiento que debió surtir efecto las tres veces, pero mis pulmones empeoraban cada vez más.

El 9 de enero se me empezó a dificultar respirar. Regresé al médico y me dijo que tenía bronquitis. Me prescribió el tratamiento adecuado y me recomendó reposo absoluto. Dijo: “En cinco días estarás bien. Si no te recuperas, regresa”.

No obstante, en lugar de mejorar, empeoré. Al poco tiempo, empecé a padecer de fiebre alta y de un dolor en el pecho tan fuerte que se me extendía por el brazo izquierdo, y me producía escalofríos y sudoración excesiva. No mejoré después de varios días. Nuevamente visité al médico y me sometió a un tratamiento de neumonía. En medio de la desesperación, supe que para Dios no hay nada imposible.

Abrí la aplicación deLifeLine (que configuré en inglés). Una fotografía del interior de una camioneta me llamó la atención inmediatamente. Se llama Nunca deja de asombrar. Este testimonio trata sobre cómo una camioneta deteriorada fue reparada cuando colocaron un CD del sermón del profeta ESTÉN CIERTOS DE DIOS. Me regocijé y maravillé al ver que Dios aún obra milagros si tenemos la fe suficiente. Exclamé: “Señor, si Tú pudiste arreglar una camioneta con solo poner a sonar una grabación de Tu Palabra, sé que puedes restaurar mis bronquios y mis pulmones”.

Puse el sermón Estén ciertos de Dios y me coloqué el dispositivo en el pecho. Pasaron unos minutos y, repentinamente, me dio una tos fuerte. Empecé a expulsar agua transparente y viscosa. Esto duró tres días. Podía sentir que lentamente mis pulmones se restauraban. Hoy, sábado, 1 de febrero del 2020, me desperté, respiré hondo y le agradecí a Dios por darme pulmones nuevos. Gloria a Dios.

Hermanos y hermanas, no teman ni desesperen. El Único digno de ser llamado Fiel nos ampara. Tenemos el Poder vivificador a nuestro alcance, a la espera de que Sus hijos lo reclamen.

Dios los bendiga

Su hermana en Cristo

Gladys de Perez