Esta hermanita es buena amiga de mi hija, Emma Grace, quien me explicó las luchas que la Hermana Lillie ha enfrentado y sentí compasión por ella, pues lo entiendo, ya que enfrenté batallas similares durante la adolescencia y adultez. Le comenté a mi hija que necesitábamos orar para que Dios la bendijera por lo que hacía. Oramos para que Dios lo hiciera grandemente y así fue. ¡Gracias, Jesús! Este testimonio significa mucho para mí, puesto que Dios me liberó de muchos problemas semejantes de la misma forma.
Pensé que era la única que sufría de eso. Le temo a la gente y soy tímida. Evito las multitudes y hasta las reuniones espirituales. Oren por mí, pues necesito un milagro como este.
El diablo logra que parezca tan real. Me alegra mucho que ella pudiera darse cuenta de que era el diablo y lo confrontara. Nunca he sufrido de este tipo de ansiedad, pero sí me auto condeno, siento lastima por mí y tengo que lidiar con pensamientos negativos. Sin duda, la más grande batalla jamás peleada se libra en la mente y las peores mentiras están camufladas en un 99 por ciento de verdad. Pero cuando uno no puede captar con la mente oprimida un versículo de la Biblia o una cita, aun así se puede escuchar la cinta y ¡Él luchará la batalla por uno! Qué Dios tan misericordioso al ponerlo a nuestro alcance, ¡sin importar cuán dura sea la batalla! ¡AMO ESA VOZ!