28/08/2019
Él respondió

Como consecuencia de que la tasa de desempleo en Sudáfrica sobrepasa el 30%, encontrar una profesión bien pagada es muy difícil. El Hermano Isaacs terminó sus estudios, pero no confió en su propio mérito para emprender una carrera; confió en la gracia de Dios y las oraciones de los santos. Recibimos noticias sobre el Hermano Isaacs anteriormente este año ¡y nos emociona anunciar que las oraciones de nuestro hermano y las de los que leyeron su artículo fueron respondidas! Este es su testimonio:

En el 2019, tomé la decisión de confiar en Dios. Mi fe se vio muy influenciada por la historia Bíblica de Abraham. Me cautivaron mucho los eventos que ocurrieron en la vida de Abraham, cuando estaba en su vejez, sin hijos ni legado, y Dios le prometió que lo transformaría en un padre de naciones.

Algo en lo que caí en cuenta fue que cuando Dios hace una promesa, entonces dicha promesa ya se ha cumplido. Solo requiere de tiempo para que nosotros podamos ver su manifestación, pero para Dios es un hecho que ya ha sido consumado, porque Dios no puede mentir ni prometer algo que no puede cumplir.

Leí en la Biblia que, si un hombre no trabaja, tampoco debería comer. Si Dios hace una promesa, entonces con toda seguridad debe abrir un camino, ¿verdad? Por lo tanto, yo tenía un derecho a trabajar para así comer. Y llevaba cuatro años de mi vida capacitándome para una profesión, pero no podía conseguir empleo. ¿Cómo es posible? Me dije a mi mismo que Dios me había provisto un trabajo y escribí al equipo de VGR sobre mi convicción.

Publicaron mi testimonio en el sitio web y eso me animó a seguir creyendo, sin saber de dónde llegaría la oferta laboral. En mayo de este año (2019), me llamaron con motivo de una entrevista y una prueba sobre soldadura de aluminio.

Nunca había solado aluminio, a excepción de una vez en 2016 durante una prueba de desempeño. ¡Solo una vez! Pasé la entrevista y la prueba; luego, me contrataron para el cargo. Trabajé durante junio (2019) ganando el mínimo, pero no me importó, ya que había recibido lo que anhelaba: un empleo.

Al mes siguiente, recibí una llamada de otra compañía con motivo de una entrevista y una prueba también para trabajar con aluminio. Pasé la entrevista y en julio me transferí a la nueva compañía, donde me encuentro hoy.

Me dicen que soy uno de los mejores soldadores de aluminio que la compañía ha contratado, y estoy ahí por la gracia de Dios.

Gracias por el tiempo que dedicaron a leer esta carta. Novia de Cristo, Dios es fiel y veraz. Sus promesas son verídicas; quizás se tarde un poco de nuestro lado porque queremos las cosas ya. Sin embargo, llegarán a cumplimiento en el tiempo designado por Dios.

Atentamente,

El Hermano Isaacs

Sudáfrica