Oh, ¡con lágrimas en los ojos me paré junto a mi puesto de trabajo y alabe al Dios todopoderoso! El ánimo que me infundió la Hermana Katalayi por medio de su testimonio (la parte uno y la dos) es tremendo. Sus palabras me ayudan a seguir adelante con la prueba que empezó en mi vida el domingo pasado.
Mi hija de 17 años me comentó que no seguirá asistiendo a la iglesia, pero que aun ama a Dios (¡esa temida etapa!).
Dijo que quiere llevar la vida de una adolescente normal, como los niños de las escuelas públicas. Sus compañeros la apodaron “Dorothy” (una muñeca que se viste modestamente) y eso no le gusta. Ella quiere experimentar el llamado de Dios, no asistir a la iglesia solo porque lo acostumbramos hacer en casa.
Imaginen el corazón de un padre que intentó ser un buen ejemplo. Siempre testifique de lo que Dios hace por nosotros y que Él provee cuando pasamos necesidad. Hablé de la protección que Él nos brinda en el hogar y en el auto. Le mostré que Dios es bondadoso con nosotros y le conté de las luchas que viven aquellos que no lo tienen a Él.
Aproveché cada oportunidad que compartía con ella para que se diera cuenta de que la vida de un Cristiano es buena. La llevaba a las bodas de los creyentes para que viera que vivían felices para siempre. Le conté de mi vida sin Dios: cuando regresé porque la vida se tornó difícil y amarga, y cuando Él trajo a Su oveja - de nuevo al redil.
¡El camino de un transgresor es duro! Por tanto, no quiero que ella pase por esas dificultades.
Por la gracia de Dios, estoy descansando en Su Palabra. Él me envió la cinta Tu casa (61-0808) en el momento que la necesitaba. Dios dijo que debo creer por nuestros hijos que tanto amamos. Nuestra fe se puede aplicar a los miembros de nuestra familia, por su salvación y para que estemos con ellos por la Eternidad.
Ahora, si estoy orando para que Dios salve a estos niños adolescentes y creo con todo mi corazón que Él lo hará; vean, de esa misma manera Job se sostuvo. Dicen: “Oh, miren a este niño, lo que hace”. A mí no me importa lo que él o ella esté haciendo. Aun así, he puesto a ese niño en las manos del Dios Todopoderoso y mi—yo y mi casa seremos salvos.
Así que eso es lo que estoy haciendo y, con la ayuda de Dios, estoy luchando por una pronta liberación para que ella entre en razón rápidamente y sea un ejemplo para los adolescentes mundanos de lo que es una vida Cristiana y piadosa de un adolescente.
Su cabello es la sal de la tierra, pues muchas jóvenes lo tienen corto y a la moda (con crestas y líneas de extremo a extremo y demás). Pero ella dejó crecer su hermoso cabello natural y otras han empezado a imitarla. Eso nos ayuda para evitar que se corten el cabello y animarlas a que dejen crecer sus coronas de gloria.
Con todo, siento verdadera paz, pues sé que Dios tiene todo bajo control. Solo estoy creyendo y aferrándome. Pronto recibiré mi victoria, puedo sentirlo. ¡Gloria!
Agradecemos a Dios por todo lo que hizo por nosotros en el Calvario, una obra consumada. Solo tenemos que tomarla, aceptarla e ir a regocijarnos (sentados en lugares celestiales). Creo que todo obra para bien.
Muchos creyentes recibirán alientos con el testimonio de la pequeña Hadassa (parte uno y dos). Su madre de alguna forma nos recuerda lo que el profeta enseña.
Escojo la fe en vez del miedo, pues tengo mi mirada en Dios y no en las vanidades ilusorias.
La Hermana Desiree
Sudáfrica