10/08/2017
Comentarios

Agradecemos a todos los que dedican su tiempo a compartirnos lo que piensan y sus testimonios en branham.org. Esperamos que disfruten unos cuantos comentarios de los cientos que nos envía el pueblo de Dios de todo el mundo:

Este pequeño testimonio es muy significativo. ¡Me conmovió el corazón! ¡Es asombroso ver los resultados de la obra del Señor en todo el mundo, sin importar donde uno viva!


Dios obra en Su Espíritu por toda la tierra.

Señales y maravillas obra Dios. Obra, ¡oh!, Señor, en mí.

Esta es mi oración cuando veo a nuestro Señor Jesús reuniendo a familias de todo el mundo en torno a Su preciosa Palabra.


Amén. Qué poderoso testimonio. Gracias por compartírmelo; en verdad necesito el maná diario.


Habiendo tantos jóvenes distraídos en las cosas del mundo, ella estaba ansiosa por cenar en la mesa de Dios. Oro para que su testimonio influencie a muchos otros jóvenes en todo el mundo.


Siempre que un creyente testifica de sanidad, me regocijo y todo mi cuerpo se fortalece. Me encantan los testimonios de sanidad; la bendición no solo es para los que la reciben físicamente, sino también para nosotros, que aceptamos la nuestra después de leer.


¡Gloria al Señor por Su misericordia! Este testimonio era exactamente lo que necesitaba oír esta mañana. Qué preciosas palabras: “Me alegré mucho de gozar nuevamente un festín en la mesa del Señor”.


Me parece que fue un milagro doble. Sí, la sanidad plena, ¡gloria a Dios!, y un hijo tan allegado al Señor en medio de una generación malvada que pudo conmover el corazón del Señor.


Al igual que nuestra hermana, ¡deseo siempre alabar a Dios por los detalles que hace a diario por mi familia y por mí!


A nuestros hijos, que son adolescentes, les encantan estos testimonios. Como padres, nos gusta mucho que se den cuenta con los testimonios de estos presos que el diablo no ofrece nada bueno, sino solo muerte. Lo pueden aprender de los que lo han experimentado. Nos sentimos humildemente agradecidos al percatarnos de lo mucho que Dios nos ama y quiere protegernos del caos de Satanás.


Siempre recibo grandes bendiciones con estas cartas de prisioneros. A veces, se me corta la respiración cuando las leo. ¡Me entusiasman mucho!


Siempre me asombro y me conmuevo por lo que está haciendo allí la Palabra de Dios. Me gustó la que decía: “Las palabras son en vano sin el Espíritu que las vivifica y solamente el profeta de Dios tiene ese Espíritu”


Estos testimonios son una suave sinfonía para mis oídos y sin duda para los de Dios también.


Este artículo sobre la persecución en Irán me amonestó por descuidar en oración a los creyentes de esa parte del mundo. Me di cuenta de que he desatendido mi deber como Cristiano, pero por la gracia de Dios me comprometo a orar por los creyentes de Irán, Oriente Medio y países musulmanes.


¡Son verdaderos soldados de la Cruz! ¡Que el Dios de William Marrion Branham los ampare! Los recordaré en oración y también les pediré a otros hermanos aquí en Tanzania que los mantengan en oración. Dios bendiga a estas almas nobles de Irán.


Me entusiasma enterarme de que hay varios creyentes del Mensaje en Irán, pues actualmente estoy estudiando en ese país, pero en otra ciudad. Comprendo perfectamente su situación y sin duda apoyaré a los hermanos en oración, para que el Señor los acompañe como a los jóvenes hebreos en el horno. Mi otra oración es que el Señor me permita algún día, antes de partir a casa, encontrarme con estos soldados valerosos de la cruz, quienes han permanecido firmes en esta tierra árida.


Siento la primera parte de este testimonio como si hablara de mí, pero lo que lamento es que cuando mi corazón entró en esa desesperación, no deseché todo como hubiera querido. Oro a Dios por otra oportunidad así, pues en el momento soy un ama de casa.


¡Siento la bendición del Espíritu Santo de nuevo mientras leo esto!


¡Dios lo bendiga, Cristiano! ¡Qué maravilloso testimonio! Nunca deja de sorprenderme la forma en que Dios nos habla. ¡Lo único que debemos hacer es guardar silencio y escuchar!