09/04/2019
Comentarios

Agradecemos a todos los que se toman el tiempo de expresarnos lo que piensan y enviar sus testimonios al sitio web branham.org. Esperamos que disfruten unos cuantos comentarios de los cientos que nos envía el pueblo de Dios de todo el mundo:

Este testimonio ha cambiado mi vida.


¡Qué hermana tan PRECIOSA y tiene un carácter asombroso! ¡Que Dios te bendiga, mi querida hermana! ¡Estoy ansiosa por saludarte en el otro lado, donde las cicatrices de batalla desaparecerán!


Al leer este testimonio nuevamente, me sentí dirigida a ponerme de rodillas en arrepentimiento. Me sentí avergonzada de mi vida y de las veces que me he quejado por pequeñas pruebas.


Que nuestro Señor Jesucristo visite a estos hermanos, así como a Pablo y a Silas cuando abrió las puertas de las prisiones.


¡Que Papá Dios envíe a Su Ángel apacible para que los consuele y aliente!


He combatido en cuatro incursiones en Irak y conozco de primera mano su postura respecto a los Cristianos. Voy a orar por estos hermanos y sus familias.


¡Dios sabe exactamente cuándo actuar!


Sin duda, ¡leer este poderoso testimonio de una hija joven de Dios me ha sido de bendición!


Dios te bendiga, Hermana Raissa. Me sorprende la fe que tienes a una edad tan temprana. Verdaderamente, Dios te concedió la fuerza y la fe para superar algo así. Tu testimonio es de gran bendición. Sin importar la situación o cuánto sufrías, nunca te diste por vencida. Oro para que el gozo del Señor sea siempre tu fortaleza.


¿Qué más podría añadirle a este extraordinario testimonio? Solo “¡Gloria a Dios, el Todopoderoso!”.


Tu actitud durante tu sufrimiento es un ejemplo maravilloso para todos nosotros; lloré mientras leía. Es maravilloso que como resultado hayas atestiguado la salvación de almas.


Mi mamá era niña y vivía en México cuando la Nube apareció en el cielo. Lo recuerda perfectamente. Les preguntó a sus padres qué era y le dijeron que los EE. UU. estaban haciendo algo en el cielo. Años más tarde, Dios les mostró a mis padres el Mensaje y les reveló la verdad sobre ese evento.


¡Vaya! En mi corazón me sentí dirigido a escuchar la cinta de la Cita del Día, Ya salido el sol. El Hermano Branham habla en profundidad sobre la Nube. ¡Cuán maravilloso es nuestro Dios!


Yo personalmente he gozado del amor, la gracia, la misericordia y el poder sanador de Dios. Hace más de seis años, Dios me curó de cáncer de mama. Oh, cuánto Lo amo, pues no sólo me ha sanado, ¡sino que me ha concedido la salvación y el bautismo del Espíritu Santo! Alabado sea Dios.


Lloré y lloré cuando leí esto, el toque del Maestro.


Estoy leyendo este testimonio en la oficina y tuve que abstenerme de gritar. Alabado sea Su Santo Nombre.


Toda la Gloria sea dada a Dios. ¡Oh!, te doy gracias Señor Jesucristo por concederle la vida de este joven hermano. Ya lo llamo hermano porque creo que el mismo Dios que lo protegió físicamente, cuidará de su alma.


Él es un pronto auxilio en los momentos de necesidad.


Sí, creo en un Dios que puede cegar o hacernos invisibles para el enemigo. Gloria a Dios. Estoy ansioso por ver que el diablo haya sido derrotado.


“Con el tiempo lo entenderemos mejor”, como dijo el compositor: Esto ciertamente es admirable.


¡Vaya!, este es el propósito del Mensaje. Todos podemos identificarnos con este testimonio. Todos hemos estado en la prisión del mundo, pero por la sublime Gracia de Dios, ¡ahora somos prisioneros de ÉL!


Gracias por compartir estos testimonios vivificantes con nosotros. No podía evitar aplaudir cada vez que leía una palabra “amén”.


Gracias, Señor Jesús, por guardar a nuestro hermano y liberarlo. Esto me infunde esperanza respecto a mis seres queridos descarriados.


Oh, ¡cómo me regocijo con este joven hermano y su querida familia por la victoria tan maravillosa y extraordinaria que el Señor nuestro Dios produjo en sus vidas! Cuánto deseo que su glorioso testimonio lo lea cada prisionero de cada cárcel. Si solo pudiera ponerse en cada valla publicitaria por toda esta nación y otras naciones para prevenir a todos, tanto hombres como mujeres, niños y niñas que piensan que, viviendo sin Cristo, las drogas los ayudarán, cuando en realidad solo les traerá tristeza, muerte y destrucción.